Responsabilidad Afectiva: El Aspecto más Importante y Pasado por Alto en Toda Relación

Grant Keegan
11 min readJul 9, 2021

Las relaciones son de las partes más difíciles y confusas de la experiencia humana. Puede ser fácil lastimarse a uno mismo u otros si se entra a una relación romántica sin la madurez, herramientas necesarias, y dedicación a las necesidades y deseos de la otra persona. Si el amor era confuso antes, hoy lo es todavía más. Nuestras expectativas sociales han cambiado mucho en años recientes, ya que salir con alguien se ha transformado en algo completamente nuevo en el siglo 21.

La llegada y adopción del internet ha traído muchos cambios a nuestra sociedad, y lo continuará haciendo. Mientras creo que esta revolución en comunicación ha creado más beneficios a nuestro mundo que desventajas, aún hay consecuencias que considerar. La combinación de las redes sociales, expectativas poco realistas, comunicación digital y la desensibilización a las emociones de otros ha hecho para muchos difícil establecer relaciones románticas significativas.

Cuando uso el término relación romántica en este contexto, me refiero a todo desde amores casuales, a acuerdos preestablecidos mas serios como noviazgo, hasta el matrimonio. Como exploraremos, muchas relaciones son muy similares y abarcan las mismas normas sociales. Los mismos conceptos aplican a parejas de cualquier orientación sexual, y todos pueden cometer los mismos errores sin importar el género.

Otra cosa que quiero aclarar, es que ser consciente de las necesidades emocionales de otras personas no implica que las pongas por encima de las tuyas. Es importante hacer esta distinción, ya que muchos ven su responsabilidad hacia los demás como una forma de permitirles que se aprovechen de ellos, o que renuncien a sus necesidades o libertad individual para complacer a los demás. Si bien este puede ser el caso, es raro con personas con madurez emocional, algo que debería considerarse indispensable cuando se busca a una pareja romántica.

Es probable que te hayas topado con el término responsabilidad afectiva últimamente, a menudo en discusiones sobre romance moderno. El surgimiento de este concepto es una indicación de los cambios en la forma que socializamos. Ya que requieren de un nuevo entendimiento de cómo navegar este complicado tema. Con tanta incertidumbre, es importante mantenernos mental y emocionalmente sanos.

El significado coloquial de la responsabilidad afectiva es ser consciente emocionalmente de cómo las acciones de uno impactan a los demás, generalmente en el contexto de las relaciones románticas. Pero si no se ha establecido un acuerdo explícito de relación con alguien, ¿por qué debería importar lo que sienten por ti? ¿No puede uno simplemente ignorarlos? ¿O aplicar la ley del hielo si se pierde el interés, o cuando se encuentra a un mejor candidato?

La respuesta corta es: “no”.

Jerarquías de relación, y por qué necesitamos una alternativa

Cuando alguien escucha la frase “relación romántica”, usualmente piensan en una dinámica de noviazgo. Este se considera el punto en el que alguien entra en un romance “serio”, en comparación de uno “no serio”. En un romance “no serio”, las personas se consideran libres de muchas de las expectativas y cargas sociales que vienen con uno “serio”. La creencia es que uno obtiene un pase para disfrutar de los beneficios de ser soltero: libertad, poca responsabilidad y poder mantener abiertas las opciones si las cosas salen mal. Pero al mismo tiempo, poder gozar de las ventajas del compromiso: afecto, poder satisfacer necesidades emocionales, y en muchos casos, sexuales.

El momento en que uno entra en una relación romántica “seria”, todo cambia. Ambas partes entran en un acuerdo imparcial con ciertas reglas. A menos que estés en un acuerdo abierto o poliamoroso, estar incluso ligeramente involucrado en otra relación sentimental, o sentirte atraído por otra persona se considera el mayor abuso de confianza, seguido por mucho dolor emocional. También existen otras responsabilidades, como estar atento a las necesidades del otro y verse más frecuentemente. Es un paso grande, pero este tipo de romance puede ser extremadamente gratificante cuando se aplica bien.

Estas definiciones sociales se han reforzado durante mucho tiempo. Es comprensible que muchas personas le teman estas responsabilidades, así que evitan el tipo de romance “serio” como la plaga. En el otro extremo, se encuentran las personas que están tan confinadas a la idea de necesitar una pareja romántica, que prefieren tener un novio o novia terrible que quedarse solos. Estar cómodo en la soltería es un tema vasto que merece su propio post, así que lo discutiré en otra ocasión. Ahorita quiero concentrarme en el hecho de que deberíamos empezar a difuminar las líneas entre lo que nosotros, como sociedad, consideramos relaciones románticas, y cómo la responsabilidad afectiva influye en este tema.

No estoy diciendo que no debamos usar etiquetas. Las etiquetas son una herramienta útil para determinar identidad y establecer acuerdos concretos. Son importantes en la sociedad, pero también pueden encerrar innecesariamente ideas y patrones de pensamiento hacia territorios dañinos. La forma en que veo las relaciones, es que todas empiezan en el instante en que conoces a la otra persona.

Tienes una relación establecida con cada persona en tu vida: tu familia, padres, amigos y parejas románticas. El conserje al que saludas todos los días en el trabajo es alguien con quien tienes una relación. Incluso si no necesariamente te agrada alguien, por ejemplo, un compañero de trabajo molesto; todavía tienes una relación establecida con esa persona (en el contexto de que ambos trabajan en la misma empresa y, a veces, comparten objetivos comunes que requieren comunicación). La siguiente imagen muestra cómo las personas (generalmente) ven las relaciones:

El enfoque principal es la forma en que las personas ven cada etapa de una relación romántica como un interruptor de encendido y apagado. Un momento en el que, a través de un acuerdo verbal explícito, y en ocasiones un anillo hermoso, todo cambia. Se aplica una serie completamente nueva de leyes sobre comportamiento y responsabilidad. Mientras que esto está más definido en las últimas etapas que conducen al matrimonio y posiblemente a los hijos, la línea es muy confusa cerca del inicio. Aquí es donde quiero enfocarme.

Puedes notar que la responsabilidad usualmente se considera comenzada cuando ambas partes acuerdan empezar a salir, románticamente hablando. Esa línea, por cierto, rara vez está clara. En la mayoría de los casos, el romance “simplemente ocurre”, generalmente en el primer beso de la relación, donde ambas personas entran en un acuerdo no verbal donde se ha llegado a una nueva etapa de afecto. Este es un período de confusión, incertidumbre y mucha emoción. Idealmente, en este punto, ambas personas están igualmente emocionadas con el futuro de la relación. Pero, tristemente, en muchos casos solo es uno de ellos.

En el mundo interconectado de hoy, debido a aplicaciones como Tinder, uno puede conocer a una nueva pareja romántica en cuestión de horas. Es más fácil que nunca simplemente buscar mejores opciones si uno no está satisfecho con su pareja actual, quienes son tratados como productos defectuosos devueltos a la tienda para un mejor reemplazo. Agrega a esto el efecto que las redes sociales tienen en nuestra psicología, donde parece que todos los demás están saliendo con alguien mejor, viviendo vidas más perfectas que nosotros. Estos patrones de pensamiento pueden conducir a resultados desastrosos, especialmente en torno a la autoestima y la insatisfacción.

Sin embargo, esta nueva era del romance no ha sido completamente mala. El lado positivo del hecho de que las personas pueden simplemente dejar relaciones que no les convienen, es que en algunas situaciones vale la pena. En el pasado, era increíblemente difícil dejar una relación inadecuada o incluso abusiva, especialmente si estaban involucradas las presiones sociales del matrimonio. Ahora es más fácil e incluso se anima a hacerlo. Es importante apreciar esto, sin embargo, es crucial estar seguro de que es la decisión correcta, y no tirar algo especial por una pelea o error que se pueda arreglar fácilmente a través del diálogo.

El dolor emocional puede ser duro. Factores como la madurez emocional, la experiencia, el tiempo y la energía invertidos determinan cómo uno toma el rechazo. Pero si la otra persona deliberadamente, a menudo inconscientemente, mantiene al otro en una falsa sensación de esperanza, el proceso se prolonga, y el dolor y la incomodidad emocional aumentan con la incertidumbre. Esto empeora cuando uno de los dos cierra sus opciones para dedicarse exclusivamente al otro. Para prevenir situaciones como esta, se necesita comunicación y responsabilidad afectiva. Creo que la gente debería considerar ver las relaciones de esta forma:

Desde el momento en que conoces a alguien, formas un vínculo. Dependiendo de cómo evolucione este vínculo, puede llegar a ser una amistad, romance, amigos con beneficios, simples conocidos que comparten un interés, un encuentro casual, o una relación estrictamente profesional. Pero en cada uno de estos casos se aplican los mismos principios de respeto, comunicación y responsabilidad afectiva. La única diferencia es que se vuelven incrementales y más importantes en cada etapa si se agrega el romance a la ecuación.

En mi opinión, y esto puede sorprender a muchos, pero no existe tal cosa como una relación “sin ataduras”. Incluso si ambos eligen verlo de esa manera, siempre hay un vínculo con la otra persona. Si vieras a esa persona besar a alguien más frente a ti, está garantizado que sentirías una explosión instantánea de dolor, incluso si es pequeña. Tu cerebro reconocería la situación como una amenaza, y comenzaría a generar los químicos apropiados, la mayoría de ellos cortisol.

Eso significa que, si incluso a través de palabras y definiciones te convences de que las acciones de tu pareja son aceptables, porque claro, no están en el tipo de relación “seria”, la verdadera respuesta está en las respuestas neurológicas del cerebro. La solución es, en primer lugar, ser introspectivo. Identifica con certeza lo que quieres de la otra persona y cómo visualizas el futuro de ambos. Y segundo, comunica activamente tus pensamientos. Aprende cómo la otra persona ve la conexión, se racional y llega a un acuerdo que deje felices a ambos.

Los tres aspectos más importantes de una relación afectivamente responsable

Hay muchas cosas que pueden ser cruciales para el bienestar de una relación, incluida la química entre ambos, intereses compartidos, entre otras. Aunque estos aspectos son importantes, he identificado 3 que se destacan en el contexto de la responsabilidad afectiva, y las claves para formar un vínculo feliz con cualquier tipo de pareja sentimental.

1. Comunicación.

Podría decirse que es el factor individual más importante en una relación de cualquier tipo, desde las amistades hasta el matrimonio. Para sentirte cómodo con otra persona, necesitas saber cómo te ven a ti, a la dinámica romántica y a los límites de cada uno. La comunicación no significa que deban revelar sus secretos más profundos y oscuros de inmediato, sino más bien establecer un acuerdo explícito de que es seguro mencionar cualquier cosa, sin temor a que la otra persona reaccione negativamente. Si sientes que tienes que elegir cuidadosamente tus palabras y frases para no molestar a tu pareja, esa es una relación con mala comunicación.

2. Respeto por la relación, independientemente de su estado.

Como se mencionó antes, cada conexión romántica, independientemente de dónde se encuentra, merece un respeto total en todos los sentidos. Tratar a la otra persona con empatía, atención y madurez de acuerdo a la razón. Puede haber casos, por supuesto, en los que la otra persona hace o dice cosas que no merecen respeto. Es importante conocer estas situaciones y actuar de acuerdo al caso.

3. Equilibrio equitativo en poder, interés y afecto.

En el contexto de las relaciones románticas, el equilibrio es un paquete de tres en uno. Es clave para muchas cosas importantes en la vida, como el éxito, el manejo del tiempo y el bienestar. Hablando afectivamente, estos desequilibrios siempre surgen por la falta de atención a las necesidades de los demás o, en el peor de los casos, mantenidos deliberadamente por una de las partes.

Un equilibrio de poder no significa necesariamente que un miembro de la relación tenga restricciones abusivas sobre el otro, aunque este puede ser el caso. Me refiero al poder en la forma en que uno controla la mayoría de las decisiones y el ritmo de la relación, mientras que el otro pasivamente está de acuerdo para mantener armonía. Esto puede surgir debido a inseguridades y al miedo de molestar a la otra persona, pero como la mayoría de los problemas, se puede resolver mediante una comunicación abierta.

Un desequilibrio de interés probablemente se nota más en las etapas iniciales de una relación, una situación con la que la mayoría de las personas están muy familiarizadas. Un ejemplo es cuando uno de los dos quiere enviar mensajes de texto y pasar el rato de forma seguida, mientras que la otra se molesta, ignora activamente los mensajes, y comienza a buscar formas de terminar la relación, por lo general a través de la ley del hielo.

Esto no debe confundirse con los diferentes tipos de estilos de apego (un tema complejo que amerita su propio post), donde una persona con un estilo de apego ansioso choca con alguien con tendencias evitativas. Más bien, es cuando una de las dos personas genuinamente no está interesada en continuar la relación, o llevarla al siguiente paso. Pero por falta de responsabilidad afectiva, no se lo expresan al que sufre, manteniéndolo suspendido en un limbo de incertidumbre y falsas esperanzas.

Cuando se trata de afecto, puede ser el tema más difícil para entablar una conversación adecuada cuando alguien no está satisfecho. La química afectiva y sexual son dos de los aspectos más cruciales en cualquier romance, y lamentablemente, de los menos discutidos abiertamente entre parejas. Un desequilibrio en como se manifiesta el afecto puede generar inseguridad y dolorosos sentimientos de rechazo en la persona que lo persigue, y un sentido de peso e incomodidad en la persona que rechaza.

Esta es una consecuencia directa de los tabúes que tenemos en torno a la satisfacción sexual y las necesidades afectivas, donde muchos de estos temas no se discuten fuera, o incluso dentro de las relaciones. La mejor manera de solucionar este problema es borrar lentamente estos tabúes mediante el diálogo y la comunicación abierta, hablar activamente sobre temas como el consentimiento, límites en relaciones, y salud sexual, estando atento a las necesidades de la pareja sin juzgar.

Puede ser difícil identificar el momento en el que el romance empieza a fallar, o tiene áreas de mejora. La responsabilidad afectiva es una de las herramientas más efectivas que tenemos a nuestra disposición para navegar por estos territorios inciertos y usualmente dolorosos. Es una forma de entender a los demás, ser más inteligentes en nuestras decisiones y evitar malentendidos en las etapas iniciales de conocer a alguien.

¿Qué puedo hacer para ser más afectivamente responsable?

Como vimos al inicio, parece que cada día las personas se vuelven menos conscientes emocionalmente de los demás debido a la comunicación digital. La gente ignora, se “olvida” de contestar mensajes de texto, juegan juegos o cambian de pareja a su conveniencia. Pero no somos programas de computadora, debemos recordarnos a nosotros mismos que hay una persona real al otro lado de esa pantalla.

Si tienes una relación “no seria”, sé la mejor pareja “no seria” que puedas ser. Trata a todos los prospectos románticos con respeto y de la forma que esperarías que alguien más te trate. Si llegas a un acuerdo con tu pareja, respeta ese acuerdo. Mantén una comunicación abierta y se honesto con tus intenciones. No juegues con sus emociones, ni intentes llevar la cuenta de quién ha cometido más errores. Deja tu ego atrás de vez en cuando.

Si al final, la relación no funciona, expresa abiertamente tus preocupaciones con esa persona. Se racional, objetivo y asertivo en todo momento, aunque puede ser difícil cuando se ha establecido un vínculo emocional. Trata de aprender de las experiencias de los demás, y sobre todo, se una buena persona.

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Written by Grant Keegan

Robotics and computer science student, artist and blogger. My medium articles are reposts of essays from my official blog: https://www.grantkeegan.com

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